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domingo, 22 de noviembre de 2009

LEYES DEL PENSAMIENTO SISTÉMICO



Peter Senge en su estudio de las Learning Organizations ha observado una serie pautas o leyes que se manifiestan en la denominada por él quinta disciplina, es decir, del pensamiento sistémico


1. Los problemas de hoy derivan de las soluciones de ayer.
A menudo nos desconcierta la causa de nuestros problemas al no descubrir su causa cuando sólo necesitamos examinar nuestros problemas en el pasado. Las soluciones que simplemente desplazan los problemas a otra parte de un sistema a menudo pasan inadvertidas porque quienes resolvieron el primer problema no son los mismos que heredan el nuevo.
Es decir, si intentamos analizar el problema no nos daremos cuenta que en muchas ocasiones éste es debido a algo que sucedió en el pasado pero que es posible que la repercusión de las decisiones que se tomaron, no recaigan sobre los que originaron el problema.
2. Cuanto más se presiona, más presiona el sistema.
El Pensamiento sistémico tiene un nombre para este fenómeno “Realimentación Compensadora”. Ésta se da cuando las intervenciones bien intencionadas provocan respuestas del sistema que compensan los frutos de la intervención. Lo que provoca es que cuanto más esfuerzo realizamos para mejorar las cosas, más esfuerzo se requiere.
Ejercer más presión, ya sea mediante una intervención agresiva o mediante una tensa contención de los instintos naturales es agotador. Aun así. Como individuos y organizaciones, no sólo somos arrastrados a la realimentación compensadora sino que a menudo se glorifica el sufrimiento resultante. Cuando los esfuerzos iniciales no producen mejoras duraderas se presiona más pensando que el mayor empeño superará todos los obstáculos, sin ver que nosotros mismos estamos contribuyendo a crear más obstáculos.
3. La conducta mejora antes de empeorar.
Las intervenciones de “bajo apalancamiento” resultan muy tentadoras al producir resultados en el corto plazo. La realimentación compensadora habitualmente implica una demora entre el beneficio a corto plazo y el perjuicio de largo plazo. La demora en un círculo explica por qué los problemas sistémicos son tan difíciles de reconocer. Una solución puede parecer muy acertada al hacer desaparecer los síntomas o mejorando la situación.
Con el paso de un par de meses o de años puede regresar o resurgir reforzado con lo que nos encontraremos con un problema mayor.
4. El camino fácil lleva al mismo lugar.
Si las soluciones fueran visibles u obvias para todos, tal vez ya la hubieran encontrado. En muchas ocasiones se insiste en soluciones conocidas mientras los problemas fundamentales persisten o se empeoran, éste es un buen indicador de un pensamiento asistémico.
5. La cura puede ser peor que la enfermedad.
A veces la solución fácil o familiar no sólo es ineficaz, sino adictiva y peligrosa. La consecuencia de las mejoras a corto plazo conducen a una dependencia a largo plazo que los pensadores sistémicos denominan “el Desplazamiento de la Carga”.
Las estructuras donde se desplaza la carga muestran que toda solución de largo plazo debe fortalecer la aptitud del sistema para sobrellevar sus propias cargas. A veces esto es difícil, pero otras es muy fácil.
6. Lo más rápido es lo más lento.
Los principios sistémicos pueden desanimar y decepcionar en un principio y se pueden transformar en excusas para la inacción, para no hacer nada en vez de tomar decisiones contraproducentes, o decisiones que empeoren las cosas.
Las implicaciones de la perspectiva sistémica no llevan a la inacción sino a un nuevo tipo de acción que parte de otra manera de pensar.
7. La causa y el efecto no están próximos en el tiempo y el espacio.
Los síntomas más obvios que indican la existencia de problemas no tienen por qué darse en el mismo espacio y tiempo que la causa. La raíz de las dificultades no se encuentra en agentes externos, sino en nosotros mismos. Hay mucha disparidad fundamental entre la naturaleza de la realidad de los sistemas complejos y los modos predominantes de pensar sobre esa realidad. El primer paso para corregir esa disparidad consiste en abandonar esta idea de que la causa y el efecto están próximos en el espacio y el tiempo.
8. Los cambios pequeños pueden producir resultados grandes, pero las zonas de mayor apalancamiento a menudo son las menos obvias.
El pensamiento sistémico también enseña que los actos pequeños y bien focalizados a veces producen mejoras significativas y duraderas, si se realizan en el sitio apropiado. Los pensadores sistémicos lo denominan “Principio de la Palanca”. Afrontar un problema difícil suele requerir ver donde se encuentra el punto de apalancamiento. Se realizaría un cambio con el mínimo esfuerzo que llevaría a una mejora significativa duradera. El problema es que las zonas de alto apalancamiento no son evidentes para la mayoría de los integrantes del sistema. No están próximas en el tiempo y el espacio respecto de los síntomas.
Los cambios de alto apalancamiento en los sistemas humanos no resultan obvios para quien no comprende las fuerzas que actúan en esos sistemas.
9. Se pueden alcanzar dos metas a la vez.
A veces los dilemas más enredados dejan de serlo cuando se ven desde la perspectiva sistémica. Son producto de un pensamiento por instantáneas y no por proceso, y se ve de manera diferente cuando se piensa en el cambio a través del tiempo. Muchos dilemas son producto del pensamiento estático.
10. Dividir un elefante por la mitad no genera dos elefantes pequeños.
La mayoría de los problemas administrativos requieren ver su totalidad que genera los problemas. Un problema donde no hay apalancamiento posible se debe a que no pueden ser examinados solo en parte sino en su totalidad.
11. No hay culpa.
Se suele culpar a las circunstancias externas de los problemas. El pensamiento sistémico muestra que no hay nada externo, sino que nosotros y la causa de nuestros problemas forman parte de un solo sistema.

Ejemplos:

1. Los cambios pequeños pueden producir resultados grandes, pero las zonas de mayor apalancamiento son las menos obvias. Los pensamientos pequeños y bien focalizados, en ocasiones producen mejoras significativas y duraderas, si estas se realizan en el sitio apropiado. A esto se le denomina “Principio de la Palanca” Afrontar un problema difícil, a menudo requiere buscar en donde se encuentra el punto de apalancamiento, un cambio que con un mínimo esfuerzo llevaría a una mejora significativa y duradera. Un problema de lo anterior es que las zonas de alto apalancamiento no son evidentes para la mayoría de los integrantes del sistema y no están próximas en el tiempo y en el espacio.
2. Se puede alcanzar dos metas aparentemente contradictorias En ocasiones, los dilemas más enredados dejan de ser dilemas cuando se ven desde la perspectiva sistémica. Muchos dilemas aparentes : Centralización vs descentralización, empleados felices vs costos elevados, recompensas por logros individuales vs hacer sentir a todos valorados, son productos del pensamiento estático.
3. Dividir un elemento por la mitad, no genera dos elementos pequeños Los sistemas vivientes poseen integridad. Su carácter depende de la totalidad. Lo mismo vale para las organizaciones; la comprensión de la mayoría de los problemas administrativos requiere ver la totalidad del sistema que genera dichos sistemas. Existen muchas organizaciones en donde resulta difícil practicar porque las organizaciones están diseñadas para impedir que la gente vea interacciones importantes. A veces la gente decide dividir a un elefante en dos. En tal caso no obtiene dos elefantes pequeños, sino un desquicio, es decir, un problema complejo en donde no hay apalancamiento posible, porque el punto de apalancamiento se halla en interacciones que no se pueden ver examinando solamente un fragmento.

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